¿Qué es ese olor que riega en estos días las calles de Sevilla?
(Artículo de Andrés Pérez. El Correo de Andalucía)
¿Qué es ese olor que riega en estos días las calles de Sevilla? ¡Ni en la mejor de las perfumerías! Estoy hablando de la flor del azahar, olor entre olores, y por supuesto el más característico de la ciudad. Y es que durante estos días podrá disfrutar de la floración simultánea de los numerosos naranjos repartidos por sus calles, los cuales inundan Sevilla con su deliciosa fragancia y blanco colorido.
Esta última característica de tan emblemática flor hizo que el famoso rey árabe Al-Mutamid, según dice la leyenda, importara a Sevilla los numerosos naranjos que existen aún hoy en día, con el objetivo de satisfacer los caprichos de su amada Itimad; se dice que la muchacha quería que durante el invierno nevara sobre la ciudad, algo casi imposible que suceda. Y el rey, atendiendo a sus deseos, hizo traer miles de naranjos, para que cuando florecieran al mismo tiempo, su amada pensara que una fina capa de nieve había caído sobre los árboles. Si fuera cierta, sería desde luego difícil de superar cuando llegue el día de San Valentín.
En la actualidad son más de 25.000 los naranjos presentes en las calles y plazas de Sevilla. Se trata de una variedad de naranja amarga (Citrus aurantium subsp. amara), la cual produce frutos no aptos para el consumo inmediato, aunque sí se utilizan a posteriori para elaborar mermelada de naranja amarga, muy consumida en países como Inglaterra. Además, los aceites esenciales que contienen sus flores y sus hojas y sus frutos constituyen la materia prima de industrias importantes, como la perfumería y la confitería. Ya en el período arábigo-andaluz se le atribuían virtudes curativas al agua de azahar, que también fue utilizada como el más generalizado de los perfumes y de los refrescos. Esto explica hasta cierto punto el predominio del naranjo amargo, árbol que reúne las mejores condiciones para estos fines, y que es además más resistente que el naranjo dulce